Por Joan Rey Sánchez
Cali, Colombia.La humanidad depende completamente del océano: del aire que respiramos, de la comida que consumimos y de la cultura que, en muchas comunidades, se forja a orillas del mar. Sin embargo, la relación que tenemos con el océano ha sido, en palabras de Alex Muñoz Wilson, “una relación desequilibrada y destructiva”.
“Estamos tratando muy mal al océano”, afirma el director ejecutivo de Vital Oceans, una iniciativa de C Minds que busca restaurar y proteger ecosistemas marinos a través de una novedosa plataforma de inteligencia artificial, ciencia, y un estrecho trabajo con comunidades locales. “La sobrepesca está fuera de control, el cambio climático está calentando y acidificando el agua, y la contaminación por plásticos amenaza con cuadruplicarse en las próximas décadas. Tenemos una ventana de oportunidad muy corta para revertirlo”.

Antes de lanzar Vital Oceans, Alex Muñoz fue director para América Latina de National Geographic Pristine Seas y académico de la Universidad de Yale donde creó el primer curso sobre conservación marina en la historia de la casa de estudios.
Comunidades costeras al centro de la acción
Vital Oceans trabaja desde un enfoque territorial, acompañando a las comunidades locales en la creación de áreas marinas protegidas. Mediante el uso de inteligencia artificial, la organización facilita el acceso a información científica que respalda sus iniciativas y promueve la búsqueda de financiamiento para que las pequeñas y medianas empresas que dependen del mar puedan prosperar de manera sostenible.
“Queremos que a la gente le vaya bien cuidando el mar. Que no sea un costo, sino un beneficio”, explica Muñoz. “Cuando un área marina está protegida, se vuelve más resiliente. Se adapta mejor al cambio climático y genera economías más sostenibles, inclusivas y duraderas”.
La innovación al servicio del océano
Durante su participación en la Cumbre de Innovación e Inversión para la Biodiversidad y las Economías del Futuro (CEIBA 2025), celebrada en Cali, Colombia, Muñoz destacó el papel de la tecnología para impulsar la conservación marina.
“Hoy tenemos más información que nunca: imágenes satelitales, sensores, plataformas abiertas que muestran temperatura, nutrientes, especies y movimientos pesqueros. Esto nos permite planificar mejor, tomar decisiones más democráticas y basadas en evidencia científica”, comenta.
Según el experto, la clave está en combinar la tecnología con la participación ciudadana. “Las decisiones sobre el mar no pueden tomarse solo desde las cúpulas de poder; deben involucrar a las comunidades locales que viven de él y que lo conocen mejor que nadie”.
Colaborar para proteger
Para Muñoz, los grandes problemas globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o la contaminación por plásticos, no pueden resolverse de manera aislada.
